Combaten Trabajo Infantil en escuelas rurales del Maule

En la escuela “Horacio Villablanca Hernández” de Parral, tuvo lugar la primera de una serie de charlas que efectuarán autoridades sobre las consecuencias del Trabajo Infantil, en establecimientos educativos rurales.

Los seis alumnos de la escuela, que cursan de Primero a Sexto Básico, disponen de un profesor, que también cumple tareas de director. Todos los estudiantes reciben instrucción en un mismo salón.

“Comenzamos las charlas en este lugar, porque aquí los niños enfrentan desafíos en varias dimensiones, que consideramos urgentes. En cualquier momento, los estudiantes pueden sentirse obligados a apoyar económicamente a sus familias y queremos reducir ese riesgo”, señaló la seremi del Trabajo y Previsión Social, Elia Piedras, quien realizó la exposición.

La autoridad efectuará la charla en los establecimientos con mayor índice de vulnerabilidad escolar del Maule, según datos proporcionados por la Secretaría Regional Ministerial de Educación.

“Le explicamos a los niños que el trabajo, si bien reporta la satisfacción momentánea de un dinero extra, pone en peligro sus notas y su permanencia en la escuela. Por lo tanto, el trabajo a esta edad arriesga el futuro profesional y reproduce la desigualdad y la pobreza”, añadió la autoridad.

Además de la deserción escolar y la amenaza de heridas, amputaciones y enfermedades a causa de químicos, el Trabajo Infantil tiene efectos como la aceleración del proceso de maduración. El flagelo comienza a más temprana edad en el campo, que en la ciudad.

“Es importante que se tome en cuenta a las escuelas rurales, porque los estudiantes aquí también son niños”, dijo el director del establecimiento, Luis Castillo.

Durante la exposición, algunos alumnos de la escuela ubicada en el sector Nogal de Tórca, a 40 kilómetros de Parral, reconocieron haber desarrollado labores agrícolas.

“La charla estuvo muy bonita. Me gustó cómo trabajaron con nosotros. El trabajo infantil es malo, porque nosotros tenemos derecho a disfrutar nuestra infancia. Los niños que trabajan deben acercarse a sus papás y decirles que no, que ellos tienen derecho a jugar”, indicó el alumno José Luis Ortega. “Sólo pueden trabajar si tienen entre 15 y 18 años”, agregó.

De acuerdo a la legislación chilena, los adolescentes entre 15 y 18 años pueden celebrar contratos de trabajo, en la medida en que las faenas no requieran fuerza excesiva o no resulten peligrosas para su salud, seguridad o moralidad.

“Tenemos 84 escuelas con 100% de vulnerabilidad en la región. La idea es visitar los establecimientos que estén más aislados y que enfrenten mayores desafíos sociales, de rendimiento académico y asistencia”, manifestó Piedras.

En las próximas semanas, la secretaría ministerial espera repetir la jornada en las escuelas “María Inés de Maramillas” de Constitución, “Ana Luisa Espina Rivera” de Curepto, “El Culmen” de Linares y “El Trozo” de Cauquenes.

La actividad en Parral, contó con el apoyo de la Oficina de Protección de Derechos, que presentó una función de títeres.

 

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